En una semana plagada de grandes desaciertos políticos, el gobierno que encabeza en Chile la socialista Michelle Bachelet por fin hoy pudo reivindicar un “éxito”: la captura del líder mapuche José Huenchunao Mariñán, dirigente máximo de la Coordinadora Arauco Malleco, organización indígena perseguida bajo la acusación de practicar “terrorismo”.Los jefes de la policía y del ministerio del Interior exhibieron la aprehensión como una victoria gubernamental, en una semana marcada por más desastres en el nuevo sistema de transporte público capitalino llamado Transantiago, la destitución del embajador democratacristiano en Venezuela Claudio Huepe y la remoción de una nueva directora que apenas duró 36 horas en la conducción de Chile Deportes, repartición del Estado que se encuentra bajo escrutinio por corrupción desde el año pasado.
El subsecretario del Interior, Felipe Harboe, del PPD, dijo que la captura del líder indígena -puso fin a una historia-, probablemente refiriéndose al centenario conflicto que libran los mapuches por sus tierras con el hombre blanco chileno, tanto del sector privado, como del Estado, llámese ejército o policía militarizada de Carabineros. Huenchunao llevaba 6 años prófugo, primero requerido por la Ley de Seguridad Interior del Estado y después, por haber sido condenado a 10 años bajo la acusación de incendiar el fundo Poluco Pidenco, perteneciente a la Forestal Mininco, que a su vez es propiedad del poderoso grupo económico fabricante de papel de los hermanos Eliodoro y Bernardo Matte. Nota completa
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