El exilio de Lupín
El peor Alfonsín, siempre tuvo una sopa caliente en Chascomus.
El peor Menem se refugiaba en Anillaco.
El peor De La Rua se subió a un helicóptero y se fue a su casa
El mejor Kirchner, el que surfea sobre el ciclo económico favorable, el que apostrofa a los impresentables de la historia, el que puede ganar sin caminar otro período en la Rosada, no puede usar su propio baño.
El mejor Kirchner coloca 100 gendarmes para cuidar la casa que no puede usar.
El mejor Kirchner solo sobrevuela Gallegos, para ver desde lo alto, las calles llenas de gente, bordeando la zona militarizada, la zona de exclusión que diseñó Paco Larcher.
Lupín le transfiere sus miedos a la sociedad y cuando la bronca popular se lo devuelve huye.
Huyó de la masacre de Cromañon, de las marchas por seguridad, ahora dispara de los guardapolvos blancos que reclaman la perdida dignidad y la buscan en las calles de Santa Cruz.
Encerrado en sus caprichos y broncas, armó como estrategia lo conocido, contramarchas, militares y descuentos de haberes.
No pudo convocar a mas de 400, los militares no asustaron y los descuentos no abatieron el reclamo.
Solo le queda la última carta, la violencia, como en Salta y Neuquen.
Cuando jura no él no escapará en un helicóptero, solo es un ejercicio de autoconvencimiento que ojalá, por nuestro propio bien, nunca necesite.
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